martes, 7 de julio de 2015

Por el ojo de la cerradura - Fernando Andrés Puga

 

Detrás de la puerta, pasos. Alguien que se acerca. Murmullos. Dos que conversan en voz baja. A juzgar por el timbre, un hombre y una mujer. ¿Acaso un niño? No. Esos jadeos no son infantiles, más bien sugieren dos cuerpos que se buscan, que se enredan. 
Un golpe; uno de ellos que se apoya contra la puerta. Se aceleran los jadeos. Sí, es una mujer y grita. Un extraño sonido sobre la madera, un chirrido que afloja los dientes, largas uñas que rascan con fuerza. Él que aúlla, se eriza, descarga. Al unísono caen sobre la alfombra del pasillo.
¿Y yo? De este lado me arrebato. Un olor que embriaga se desliza a través de la puerta. Con la espalda apoyada en la madera siento la otra espalda detrás. ¿Oirán mi presencia? Me levanto apresurado, golpeo a la puerta. Nadie. El silencio más oscuro reina del otro lado. Golpeo con más fuerza. Nadie. Y es en ese momento cuando decido mirar por el ojo de la cerradura.
Y veo.

Acerca del autor: 
Fernando Andrés Puga

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