martes, 24 de noviembre de 2015

El berenjenal - Héctor Ranea


—¡Lo parió! ¡Qué lío que se armó esa noche, don Ramiro! Le juro que varios pensamos que se nos venía la sombra eterna —dijo Aparencio, el mecánico de cosechadoras.
—Sí; me han contáu. Lo que no me alcanzan las entendederas es para comprender si son cosas quiace la ginebra o cosas que sucedieron, nomás.
—¡Qué van a ser de la ginebra, don! Todo es más real que mi madre.
—¿Lo de la lechuza, los cuervos, el compadrito y la comparancia?
—¡Pero mire que había sido desconfiado! ¡Claro que sí, el compadrito ése, el poeta!
—¡Y qué quiere! Tiene razón la lechuza… Todos le cantan al cuervo: cuervo de acá, cuervo de allá. ¿Dígame: usté vio alguna vez un cuervo? ¡Acá hay lechuzas, amigo! Por eso digo: la lechuza tiene razón de estar enculada. Así que cuando vino a cantárselas al compadrito, nunca mejor dicho en criollo: le cantó la justa. O sea.

Acerca del autor:
Héctor Ranea

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