miércoles, 4 de noviembre de 2015

Historia de película o película histérica - Anna Rossell


Le habían enseñado a reaccionar rápido al látigo como a un estímulo. Cada golpe sobre el suelo devolvía la flexión de la rodilla, a menudo tantas veces que hasta le dolía el cartílago aunque el movimiento fuera mínimo. Después, todo lo demás. Siempre la misma temática. Si la ejecución del ejercicio había sido válida, el premio era aquel dulce sabor en la boca y el cálido aplauso de una multitud de ojos que lo observaban con repulsión y arrobamiento místico. Luego lo devolvían a su cuchitril pestífero donde su existencia discurría en condiciones pésimas desde su nacimiento. Allí había visto por primera vez la luz cuando su madre lo trajo al mundo de su realidad cáustica, él, vástago deforme de un vínculo sórdido y bárbaro, destinado a producir un icono de feria. Era el hombre-elefante.

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